Tres días después, amanecer,
tres ¡tantos! tiempos tristes,
el rostro indefinible
en penumbra acaso no fuese él.
Tres días después, amanecer,
suerte de banderillas,
tiza, papel, cartillas,
cayeron muertos ¡vil traición! con él.
Tres días después, amanecer,
que repican al alba
enlutadas campanas
a guardar memoria ¡como debe ser!
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