martes, 15 de diciembre de 2009

Nuevas obras galardonadas


La Fundación de Derechos Civiles ha hecho público el fallo del jurado de su XIV Edición del Concurso de Fotografía, Cuento y Relatos Hiperbreves "Todos somos diferentes", resultando galardonados como finalistas las obras de Juan Enrique Soto "Menudos soldados en la callejuelas" y "Al otro lado del gueto" dentro de los apartados de Cuento y Relato Hiperbreve, respectivamente.

Ambas obras han sido recogidas en la Antología de la Edición de este año, significándose que, con ésta, ya son tres las ocasiones en las que algún texto de Juan Enrique Soto ha sido incluido en la correspondiente publicación.

martes, 1 de diciembre de 2009

Muerte de Lorca

Tres días después, amanecer,
tres ¡tantos! tiempos tristes,
el rostro indefinible
en penumbra acaso no fuese él.

Tres días después, amanecer,
suerte de banderillas,
tiza, papel, cartillas,
cayeron muertos ¡vil traición! con él.

Tres días después, amanecer,
que repican al alba
enlutadas campanas
a guardar memoria ¡como debe ser!

jueves, 19 de noviembre de 2009

En el callejón

Un microrrelato de serie negra.


En el callejón

Estaba sentado en el bordillo, el único del estrecho callejón, frente a un gato, sentado como él, que le miraba. El sombrero le caía sobre los ojos y las manos se anudaban en la nuca, mientras se miraba, sin ver, los zapatos negros.
Se encontraba cansado, muy cansado, de huir, de esconderse, de los callejones oscuros, de las sucias habitaciones de motel, hostal o burdel. No le quedaban amigos a los que confiarse, cualquiera era capaz de venderle por un puñado de billetes o por miedo.
Sí, les había delatado. No estaba mal el puñado de billetes que a él le ofrecieron. Para tentar a cualquiera. Pero a él le engañaron. Resultaba más barato dejarle, sin pagarle, por supuesto. Ya se ocuparían ellos, los otros, de cobrarse porque él no podría reclamar la deuda.
Ahora le buscaban. Y la ciudad había encogido, tanto que no cabían ni los guardias que pudieran protegerle. Era sólo cuestión de tiempo. Ellos, los otros, lo tienen todo, el tiempo, y buena memoria, no olvidan así como así.
Y se encontraba cansado, muy cansado, tanto que ya su vida valía sólo unos cuartos, pocos. Eso lo sabía el gato que, como gato que era, en cuanto vio las luces, dos, acercarse por el otro lado, corrió a esconderse.
Sonaron rápido, como uno solo, pero fueron dos. Dos disparos. El gato fue, de nuevo, el único dueño del callejón después de que se hubo rascado el lomo en el cuerpo ensangrentado, junto al sombrero, caído de lado, del delator.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un viejo poema

La página Web Antología Literaria publica este mes en su espacio virtual un nuevo poema de Juan Enrique Soto. En esta ocasión se trata de uno viejo, que tiene ya sus años, pero hacia el cual el autor siente un especial cariño. Es la primera composición dentro del poemario titulado Diálogos del camino y se titula ¿De qué está hecho el silencio?
Puede leerse y comentarse en el siguiente enlace:
http://antologialiterariaactual.blogspot.com/2009/10/de-que-esta-hecho-el-silencio.html

lunes, 28 de septiembre de 2009

Juan Enrique Soto en Nómadas

Nómadas, la Red Social de Fotografía del Diario ABC.es publica estos días dos galerías de fotos de Juan Enrique Soto. En primer lugar, la titulada Efectos del tiempo y del hombre recoge cuatro fotografías en las que el paso del tiempo y la acción del hombre se conjugan para crear un espacio único: La segunda galería, titulada Auschwitz entre lágrimas es un relato mediante imágenes del impacto que para el autor supuso entrar en el campo de exterminio de Auschwitz.





















Ambas galerías pueden visitarse en http://nomadas.abc.es/

Que las disfrutéis.

martes, 1 de septiembre de 2009

El caballero de los ojos grises

Inspirado en el maravilloso retrato de un caballero por parte de Tiziano Vecelio, el siguiente poema nos narra una trágica historia, pues la poesía también sabe de contar historias y no sólo de mostrar estados anímicos del propio poeta o de cómo le afecta el mundo que le rodea.

El poema ha sido publicado por la página Web Antología Literaria, como viene haciendo mensualmente con un texto de Juan Enrique Soto. Puede leerse, votarse y comentarse en el siguiente enlace:

miércoles, 29 de julio de 2009

Nacen dos nuevos blogs



Ven la luz de la Red dos nuevos blogs de Juan Enrique Soto, La Barca Voladora y El exilio imaginado. Ambos responden a la expresión de diferentes inquietudes del autor.

Por un lado, en La Barca Voladora, a través de una serie de ensayos, se da forma al proceso creativo y al itinerario literario y comercial de la novela así titulada, proceso que no dejó de sorprender ni un sólo instante al escritor según se iban cerrando tramas y subtramas, a pesar de que ninguna de ellas había sido planificada previamente. En el blog Juan Enrique Soto tratará de ir desgranando cada uno de los aspectos de la improvisación que dio origen a una novela difícil de clasificar (o demasiado fácil) dentro de un género. ¿Quizá una novela filosófica de aventuras o una novela de aventuras con tintes filosóficos?

Está resultando sumamente placentero desentrañar el proceso de producción de un texto que ha asombrado a sus lectores y que dará lugar a una trilogía entrañable, sin duda.
El otro blog tiene tintes distintos. Responde a las inquietudes de Juan Enrique Soto por atreverse a definirse a sí mismo como poeta, término que no osa pronunciar muy alto por el excesivo respeto que el autor le tiene al término. En el citado espacio se mostrará la obra en verso hasta ahora escrita y que resulta muy extensa e intensa.

El título del blog corresponde con el del poemario más arriesgado y exigente de Juan Enrique Soto, una obra con formato de guión de cine en el que se narra en verso el delirio de quien, para poder sentirse poeta, se imagina vivir en el exilio.

Tratará el blog de que otros respondan a la pregunta que el autor no deja de hacerse cada vez que intenta escribir un verso y que plantea si no será demasiado feliz para ser poeta.

miércoles, 22 de julio de 2009

Místico publicado en blog

El poema titulado Místico, que ya tuvo su oportunidad en una entrada anterior de este blog, ha sido publicado en el espacio literario de la red Antología Literaria, en el que se publican obras de escritores latinoamericanos.
La citada publicación permite y alienta el comentario y la opinión merecida por los textos expuestos.

Podéis acceder al mismo a través de la siguiente dirección:

jueves, 16 de julio de 2009

La verdad de Stephan, relato galardonado

El relato "La verdad de Stephan" ha obtenido el Segundo Premio, en el apartado de relatos de viaje, de la Segunda Edición de Premios FIMBA de Literatura 2009.
El fallo se dio a conocer dentro de la Tercera Edición de los Premios Eduardo de Literatura 2009, convocado por Umbrales Ediciones y FIMBA.
En la categoría de relatos de viaje, "La verdad de Stephan" fue declarado segundo entre 131 participantes.

domingo, 12 de julio de 2009

Conversaciones con Octavio (y II)


Dice Octavio:

NUEVO ROSTRO

La noche borra noches en tu rostro,
derrama aceites en tus secos párpados,
quema en tu frente el pensamiento
y atrás del pensamiento la memoria.
Entre las sombras que te anegan
otro rostro amanece.
Y siento que a mi lado
no eres tú la que duerme,
sino la niña aquella que fuiste
y que esperaba sólo que durmieras
para volver y conocerme.


Y yo le contesto:

Primero son los ojos;
después, reflejo invertido;
un rincón de memoria
y, por último,
tenaz olvido.

El poema de Octavio está extraido de Libertad bajo palabra; el mío, de Conversaciones con Octavio.

miércoles, 8 de julio de 2009

Conversaciones con Octavio

Siempre que tomo un libro de poesía, he de coger un lápiz, porque no hay ocasión en que no acabe garabateando en sus márgenes, entre los poemas editados, mis propios versos, en una suerte de conversación con el autor del libro. Sus versos hacen surgir los míos, como una charla entre poetas. Y si hay un poeta con el que mantengo mis diálogos más luminosos, es con mi favorito, Octavio Paz.

Hojeo un ejemplar (tengo dos) de Libertad bajo palabra y, aún antes de llegar al primer poema, escribo:

I.

Vienes conmigo
ahora,
querido Octavio,
en mi bolsa,
como un amigo,
colgado del hombro,
agarrado a mi brazo,
camarada.
Al alcance de la mano,
como la herida del costado,
afable, obscuro, verde y ventoso,
poeta.
Ya no camino solo,
voy conversando
con Octavio,
apesadumbrado, entusiasmado,
ilusionado,
asombrado,
apasionado.

Después, subrayo algunos de sus versos, los que me llegan más dentro. Junto a algunos de sus poemas escribo otros míos, animados por la conversación. De ahí surgió el poemario Conversaciones con Octavio, formado por veintiuna composiciones. Quiero creer que son momentos entrañables entre dos poetas que hablan de sus cosas, de sus imaginarios compartidos y que a Octavio le habría gustado conversar de este modo.

lunes, 29 de junio de 2009

Voz de poeta

XII.

Cierro la ventana
y queda el viento fuera
y el vaivén de la lavanda.

Cierro la ventana
y queda mi cuerpo dentro
y con él sus mil hazañas.

Cierro la ventana
y queda el olivo fuera
y la sorpresa de su grana.

Cierro la ventana
y queda mi sueño dentro,
lo mismo hoy que mañana.

Lo siento, es más que promesa,
quede dentro o quede fuera
mi voz es, ya, voz de poeta.
De Penumbras sobre un mar de espumas, por Juan Enrique Soto

martes, 23 de junio de 2009

Anclas en tierra seca

El mar se ha secado. Los barcos están despanzurrados por todas partes. Los cofres de los antiguos galeones y barcos piratas han sido saqueados en menos de un día. Los peces boquearon más o menos. ¡Qué bonito es el coral! ¡Cuántos colores! Los ríos no saben qué hacer en los deltas. ¡Vamos a morir todos! Ya no hay primera línea de playa. Podemos ir en coche a cualquier parte. Sólo se podrá pescar en los ríos, lagos y balsas. Subirá el precio de la sal. Ya no se podrá gritar ¡tierra! Toda la marinería sin trabajo. Los lobos de mar lo serán sólo en los libros. ¡Cuánta tierra por explorar! Ya no son necesarias las velas ni los remos, ni los timoneles. Los polizones tendrán que coger el tren. ¡Vamos a morir todos! No se podrá decir: el azul del mar. No habrá maremotos. Será fácil encontrar conchas. Nadie morirá en naufragios. ¿Dónde se reflejará la luna? ¡Vaya! ¡Se me olvidó contar las olas!
No, no me gusta que se haya secado el mar. Moriremos todos. Lentamente. No pienso esperar en lo que fue la orilla. ¡Niño! ¡Acércame ese ancla! Que me lo voy a atar al cuello. Que me voy a sentar en lo más hondo, más hondo de este seco puerto.

miércoles, 17 de junio de 2009

En el callejón

Estaba sentado en el bordillo, el único del estrecho callejón, frente a un gato, sentado como él, que le miraba. El sombrero le caía sobre los ojos y las manos se anudaban en la nuca, mientras se miraba, sin ver, los zapatos negros.
Se encontraba cansado, hastiado, de huir, de esconderse, y también de los callejones oscuros, de las sucias habitaciones de motel, hostal o burdel. No le quedaban amigos a los que confiarse, cualquiera era capaz de venderle por un puñado de billetes o por miedo.
Sí, les había delatado. No estaba mal el puñado de billetes que a él le ofrecieron. Para tentar a cualquiera. Pero a él le engañaron. Resultaba más barato dejarle, sin pagar, por supuesto. Ya se ocuparían ellos, los otros, de cobrarse.
Ahora le buscaban. Y la ciudad había encogido, tanto que no cabían ni los guardias que pudieran protegerle. Era sólo cuestión de tiempo. Ellos, los otros, lo tienen todo, el tiempo, y buena memoria, no olvidan así como así.
Y se encontraba cansado, hastiado, tanto que ya su vida valía sólo unos cuartos, pocos. Eso lo sabía el gato que, como gato que era, en cuanto vio las luces, dos, acercarse por el otro lado, corrió a esconderse.
Sonaron rápido, como uno solo, pero fueron dos. Dos disparos. El gato fue, de nuevo, el único dueño del callejón después de que se hubo rascado el lomo en el cuerpo ensangrentado, junto al sombrero, caído de lado, del delator.

miércoles, 10 de junio de 2009

Un armario lleno de zapatos viejos


El armario es de madera vieja, innoble, astillada y marcada por cicatrices, golpes y bocados. Su cojera desapareció por la terapia de un papel doblado varias veces, un papel de color indescriptible, mordido por el tiempo, página de un diario de 1973, sección de anuncios particulares, mensajes llenos de intenciones que acaban siendo ideales para envolver pescadillas destripadas.
Una de las puertas del armario, la izquierda, muestra un marco inútil, que en sus días de mayor gloria encajó un espejo largo que devolvía cumplidos o insultos, según el ánimo del modelo. ¡Allá cada uno con sus complejos! Ahora no hay espejo, no hay mundo paralelo lleno de dimensiones ficticias, profundidades ilusorias, inversión de realidades cuestionadas.
No hay cerradura, pero la hubo. Queda el agujero impertinente, invitación para los curiosos, tentación demasiado fuerte para mirones compulsivos, aunque lo triste es ser mirón de interior de armarios. El premio es siempre oscuro, negrura. Mejor abrir las puertas y curiosear entre los efectos, pero esto no es para mirones, sino para malintencionados y ladrones.
Dentro sólo hay zapatos. Viejos. De señora y caballero. Todos usados.
Los de hombre tienen las suelas dobladas hacia arriba, prácticamente sin punteras y los tacones redondeados, gastados de modo irregular, el pie izquierdo más que el derecho, anuncio de dolores de espalda, de rechinar de somieres, de balanceos peculiares como señas de identidad. Los empeines muestran arrugas ingobernables, despellejadas, dolorosas, como cicatrices. Las punteras están todas desconchadas como paredes olvidadas de edificios abandonados, como un hotel histórico arruinado por una voraz crisis turística. Punteras deterioradas por patadas involuntarias a bordillos, muebles, irregularidades del camino. Las voluntarias a las espinillas no dejaron marca.
Todos los zapatos de caballero son negros y todos de cordones. El negro apenas lo conservan. Brillo, por supuesto, ninguno. Son mates, sí, matados por la luz y por el tiempo, por la luz del tiempo, que es como una lija del siete con infinitos recambios. Los cordones son otra historia. Algunos cuelgan enteros, los menos. Otros están rotos, deshilachados. Otros anudados en nudos imposibles de deshacer, verdaderos desafíos para la habilidad. Lo mejor en estos casos es el método de la tijera. Muchos de los zapatos están tuertos, múltiplemente tuertos. Y hay cordones sueltos, como gusanos muertos, junto a zapatos que podían haber sido sus portadores. O no serlo. Permanece algún lazo sin destruir, elegante pero venido a menos, flácido, como un mal negocio, una venta encargada y no cobrada.
Si todos los zapatos de caballero del armario son negros, los de señora abarcan toda la gama de colores. Estilos los propios de la actividad que fue su origen. De paseo, de baile, de fiesta, de estar por casa, de celos, de compras, de actos despechados. Los hay cerrados, abiertos y semiabiertos. De tacón alto, sin tacón. Sandalias, merceditas, mocasines. Sobrios, elegantes, sensuales. Feos, bonitos y de salir del paso. De piel, imitación, de firma, de diseño, sin diseñar. Son zapatos para mil ocasiones. Son zapatos para mil mujeres. Los zapatos para mil indecisiones.
Están amontonados, desparejados. Con lazos, con hebillas, abiertas, cerradas y ausentes. Unos más gastados que otros. Cómodos muy usados, confortables como un mullido cojín. Insoportables como un castigo de latigazos. Repudiados por asociación con nefastas memorias. De diario o de aniversario. Son zapatos para mil personalidades. Son zapatos para mil estados de ánimo.
El armario de los zapatos viejos cierra mal. Las puertas están descuadradas y se quejan las bisagras despintadas con el óxido. Contiene un millón y medio de pasos dados por ejemplar. O alguno más. O menos. Pasos mal encerrados en un armario viejo. Memoria arrinconada pero dejando una rendija por la que puede entrar cierto deseo de recuerdo.
El armario de los zapatos viejos que no volverán a andar. Está que se cae y si lo hace, los zapatos volverán al suelo, aunque sin pie dentro. Han pasado, pisado, por tantos lugares. Difícil rememorar tantos caminos. Tantos caminos como se recorren en una vida. En dos vidas. Para al final no llegar a ningún sitio. A un armario. Viejo. Degradado. Olvidado. Desvencijado.
En realidad, son sólo zapatos viejos. ¡Qué más da!

sábado, 6 de junio de 2009

Amazon, Lulú y No desvío la mirada

El recopilatorio de los artículos de opinión publicados por Juan Enrique Soto en los diarios La Opinión de Málaga y en el Diario de Las Palmas sigue avanzando en el mercado literario.

Las páginas de venta de libros por Internet http://www.amazon.com/ y http://www.lulu.com/ han seleccionado la obra No desvío la mirada para participar en un estudio que busca expandir los mercados de venta por todo el mundo. El motivo ha sido la gran acogida que el texto ha recibido desde que fue publicado a través de sus ventas, de los comentarios en los blogs especializados y de los correos electrónicos. Para realizar el estudio de mercado y promocionar al autor y sus libros, por parte de las páginas Web señaladas se han rebajado los márgenes de beneficios para todas las partes implicadas y el resultado es un interesante precio final.

miércoles, 3 de junio de 2009

Pasajero distinguido

Es noticia en España saber que año tras años somos el país del mundo en el que más donaciones de órganos se producen. Se salvan al año 4000 vidas gracias a esas donaciones. El siguiente texto fue escrito en 1998 y hoy sigue siendo actualidad.

Fue publicado el día 23 de enero de ese año en el Diario de Las Palmas y recogido junto a los demás publicados en ese Diario y en La Opinicón de Málaga en la antología titulada "No desvío la mirada", disponible en http://www.amazon.com/, en http://www.bubok.com/ y en http://www.lulu.com/

Pasajero distinguido

El pasado jueves cogía un avión con destino a Madrid. Ya en la pasarela por la que se accede al aparato, los pasajeros formábamos una cola, cuando uno de ellos nos rebasó sin contemplaciones, sin respetar la fila ni el orden, ni tan siquiera pidiendo excusas.
Era un pasajero muy distinguido. Un fabuloso pasajero. No pagó billete, eso para empezar, y tampoco nadie se lo habría exigido. Además, no ocupaba asiento, ni de fumador (gracias e eso estaba aquí), ni de no fumador. Le daba igual si ventanilla o pasillo. No pediría vino tinto ni refresco para comer.
El pasajero distinguido no dijo ni pío en todo el viaje. Sin embargo, fue el más mimado sin duda de todos nosotros.
Cuando llegamos a Madrid, le estaban esperando impacientes y emocionados. Unos con los brazos abiertos y uno, sólo uno, esperaba con el pecho abierto, porque el pasajero distinguido viajaba en una nevera precintada. Se trataba de un corazón y su tarjeta de embarque era la promesa de la vida.

viernes, 29 de mayo de 2009

Amazon y Juan Enrique Soto

Ya están disponibles en http://www.amazon.com/, el mayor distribuidor mundial de libros vía Internet, las obras de Juan Enrique Soto "Molino de sangre", "Un pueblo llamado Insidia" y "No desvío la mirada". Sólo hay que teclear cada título o introducir el nombre del autor en el buscador y seguir los pasos que indican.

Más información sobre cada uno de los libros en www.juanenriquesoto.es





jueves, 21 de mayo de 2009

Poema I



I.

Barcas varadas cerca de la orilla
piensan en sentir sus velas hinchadas,
en cortar el mar con sus duras quillas,
en traer de peces sus redes colmadas.

martes, 28 de abril de 2009

Más que morir, morir solo

Quedé clavado en el barro entre trinchera y trinchera. Gasté toda la munición sin acertar al soldado que, vociferando, se abalanzaba sobre mí. Mientras clavaba en mi pecho su bayoneta, olvidé el nombre de mi esposa.

viernes, 27 de marzo de 2009

¿PREGUNTAS?

¿Qué haría el ser humano si pudiera, si no hubiera ninguna traba a sus deseos más profundos, más escondidos? ¿Amaría, tal vez? ¿Mataría, olvidaría, preguntaría, desaparecería, robaría, copularía, lloraría?
Si no hubiese límites, si no hubiera que temer a las consecuencias, si la libertad fuera absoluta en toda la rotundidad del término, ¿qué elegiría hacer el ser humano?
¿Mataría a su hermano para poseer a su mujer?
¿Exploraría el cosmos buscando respuestas?
¿Amaría a todos sus semejantes?
¿Velaría por los tesoros de la Naturaleza?
¿Robaría lo codiciado?
¿Se entregaría a las artes?
¿Querría no olvidar nunca?
¿Vivir para siempre? ¿Ser inmortal?
¿Poder grabar sus sueños?
¿Saberlo todo?
¿Predecir el futuro?
¿Ser envidiado?
¿Tener poder?
¿Pensaría antes de elegir?
No tengo respuesta a estas preguntas pues es el propio camino el que las va dando forma en silencio íntimo o a gritos de acción.
¿Cuánto cabe en la vida de un hombre o de una mujer? ¿Sabe dónde conducen sus pasos?
En este preciso instante, ¿cuántos seres humanos están dañando a otros? ¿Cuántos se acarician con ternura? ¿Cuántos se hablan con sinceridad? ¿Cuántos ríen? ¿Cuántos lloran? ¿Cuántos sufren y cuántos son dichosos? ¿Cuántos sientes esperanzas y cuántos están desesperanzados? ¿Cuántos pasan hambre y frío? ¿Cuántos derrochan? ¿Cuántos sueñan? ¿Cuántos crean? ¿Cuántos nacen? ¿Cuántos mueren? ¿Cuántos encuentran lo que buscaban? ¿Cuántos pierden? ¿Cuántos enseñan lo que saben? ¿Cuántos ocultan? ¿Cuántos tienen miedo? ¿Cuántos humillan a otros? ¿Cuántos traicionan? ¿Cuántos quieren dar ejemplo?
¿Cuántos precisos momentos existen si el tiempo no se detiene jamás?
Quiero creer que avanzamos (¿hacia dónde?) Pensando (iluso) que avanzar es mejorar, ser más humanos. ¡Pero, tropezamos tanto!
Algunos no tienen tiempo más que para luchar por su supervivencia y su única recompensa es vivir un día más. Muchos no lo consiguen y sus almas son tragadas por el olvido más oscuro de la no-existencia.
Otros no necesitan de tal lucha, tienen el pan que llevarse a la boca y un techo bajo el cual cobijarse. Pero, están igualmente perdidos y su vida se va gastando poco a poco sin un brillo, siquiera momentáneo, hasta que, como una brasa, su última luz se apaga dejando sólo una brizna de ser quemado que se convertirá en ceniza a merced del viento del olvido.
Otros sí quieren que su vida brille; quieren vivirla en toda su intensidad y creen que su mejor baza es el “yo primero y yo después”. Codiciosos, egoístas, ególatras, lascivos, asesinos, ladrones, envidiosos, usureros, vengativos, insolidarios, megalomaníacos, impulsivos. Lo que desean lo cogen, si pueden y si no, hacen por poder. Se enriquecen con injusticias, provocan guerras, trafican, violan, traicionan, ultrajan.
Serán líderes de débiles; capos de la droga, pederastas, mercenarios al mejor postor, funcionarios corruptos, religiosos sin fe. Serán aquellos que no aprecian lo que poseen por codiciar lo que posee el prójimo. Será el contrabandista, el especulador, el falsificador, el timador, el mentiroso, el allanador, el ojerizo, el tramposo, el embaucador, el prepotente, el pedante, el fanfarrón, el hurtador, el terrorista, el insidioso, el cizañero, el plagista, el calumniante, el abusador, el avaro, el cínico, el radical.
Su vida se secará al fin también. Creerá él que con el consuelo de lo conseguido, de lo disfrutado, de lo bailado. Pero sus brillos durarán lo que tarde en ser aniquilado por aquel otro más poderoso que le arrebate lo obtenido en injusta lid. Será pasto de las mismas bestias que se esconden bajo su propia piel y tras sus ojos egoístas. También el olvido se cebará con él hasta que nada quede.
Otros verán que el fuego se compone de llamas que bailan alegremente mientras hay alimento que consumir; que el agradable calor que desprende puede convertirse en frío si no se consigue leña que renueve bríos u espíritus.
Los que se emocionan, los que lloran de alegría, los que aman, los que entregan, los que ofrecen, los que abren sus manos, los que dicen la verdad, los que oran con fe, los que escuchan al corazón, los que dudan.
Los generosos, lo solidarios, los comprensivos, los empáticos, los amables, los educadores, los sacrificados, los sinceros, los amantes, los cuenta cuentos.
Los que componen bellas sinfonías y los que las escuchan; los que escriben bellos sonetos y los que los leen; los que esculpen bellas esculturas y pintan bellos cuadros y los que los admiran; los que educan a sus hijos en la generosidad y los que aprenden de ella; los que construyen bellos puentes y los que los cruzan. Los que anhelan, los que buscan la belleza.
Los que acarician una piel que siente las caricias; los que susurran palabras cálidas que arrullan oídos que escuchan; los que regalan a los que agradecen; los que luchan por los sueños que otros consiguen.
Los que lloran si tú eres feliz. Los que te aman.
Aquellos para los que cada segundo cuenta si es para vivirlo plenamente; aquellos para los que las promesas son un impulso; aquellos que desean crear recuerdos gratos. Aquellos que escuchan a los niños y a los mayores; aquellos que construyen un mundo mejor.
Aquellos que se esfuerzan por escucharse a sí mismos y en un mar infinito de dudas navegan buscando vientos propicios y corrientes a favor que les salven de las tormentas del espíritu. Aquellos que anhelan ser humanos, uno con su tierra, su mar, su aire, su fuego, con su vida y con su compañero de especie.
Aquellos que desean saber leer en su propio corazón para así saber leer en el corazón de los hombres y mujeres de bien.

lunes, 19 de enero de 2009

Juan Enrique Soto y Baile de Sol

La Editorial Baile de Sol publicará próximamente la novela El silencio entre las palabras, por lo que los vínculos con la Editorial Creápolis Impulsa se han cortado de mutuo acuerdo, no sin antes mostrar por parte del autor Juan Enrique Soto la más sincera de las gratitudes por los logros obtenidos en el pasado reciente.
Los autores noveles precisan de editoriales y de profesionales dedicados a dar luz donde antes sólo había oscuridad y sueños por hacerse realidad.
Pronto se informará a todos del lanzamiento y de los detalles.