LA FUENTE TRISTE
El patio de la fuente
enmudecida por la lluvia
caliente
me decía:
¡Schss! ¡Calla!
No la despiertes,
no resistiría
no ser tan fuerte
como la lluvia de este día.
Y yo callé
y mis pasos a su lado
volé
por no ser malvado
y una vez cruzado
susurré
al patio:
¡Schss! ¡Calla!
Que me hago cargo.
Volveré mañana.
El patio de la fuente
enmudecida por la lluvia
caliente
me decía:
¡Schss! ¡Calla!
No la despiertes,
no resistiría
no ser tan fuerte
como la lluvia de este día.
Y yo callé
y mis pasos a su lado
volé
por no ser malvado
y una vez cruzado
susurré
al patio:
¡Schss! ¡Calla!
Que me hago cargo.
Volveré mañana.
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