Cierro la ventana
y queda el viento fuera
y el vaivén de la lavanda.
Cierro la ventana
y queda mi cuerpo dentro
y con él sus mil hazañas.
Cierro la ventana
y queda el olivo fuera
y la sorpresa de su grana.
Cierro la ventana
y queda mi sueño dentro,
lo mismo hoy que mañana.
Lo siento, es más que promesa,
quede dentro o quede fuera
mi voz es, ya, voz de poeta.
De Penumbras sobre un mar de espumas, por Juan Enrique Soto
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